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Aranceles, caos y estrategia: ¿qué debe hacer Ecuador?


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En el ajedrez global del comercio, las piezas se mueven rápido… y a veces sin reglas. Estados Unidos ha reactivado una política de aranceles que golpea a sus principales socios comerciales, provocando reacciones, tensiones y sobre todo una atmósfera de incertidumbre. Ecuador, como un jugador pequeño en medio de titanes, observa, calcula y deberá mover ficha con inteligencia.


Un entorno global en movimiento

Desde principios de abril, las exportaciones ecuatorianas hacia EE. UU. pagan un arancel recíproco del 10 %, una medida que llegó sin mayor aviso, como parte de una cadena de decisiones unilaterales impulsadas desde Washington. En paralelo, se anunció una suspensión temporal de los nuevos aranceles por 90 días. ¿Pausa? ¿Tregua? ¿Una nueva jugada?

A este vaivén ya nos vamos acostumbrando. Los mercados reaccionan como si se tratara de una montaña rusa: suben precios, se detienen inversiones, bajan expectativas. En medio de esta tormenta, las pequeñas economías se ven obligadas a hacer algo más que mirar: deben repensar sus estrategias.


Defender lo ganado, buscar lo nuevo

Representantes del sector productivo han sido claros: en tiempos de guerra comercial, lo primero es proteger los mercados que ya se han conquistado. El segundo paso es diversificar destinos. En este nuevo escenario, confiar solo en EE. UU. como principal socio podría ser una apuesta riesgosa.

El mercado canadiense comienza a aparecer como una opción viable, especialmente para productos como arroz y frutas tropicales. En paralelo, se abren conversaciones con Asia y Medio Oriente. Países como China, Corea del Sur o incluso naciones del este europeo podrían ser parte del nuevo mapa comercial ecuatoriano.

La lógica es clara: si el camino habitual se cierra, hay que abrir rutas nuevas. Porque mientras Estados Unidos se mira el ombligo comercial, el resto del mundo sigue buscando con quién hacer negocios.


Decisiones con costo

En un intento por “equilibrar” la relación con EE. UU., Ecuador ha reducido al 10 % el arancel que pagan los vehículos estadounidenses al ingresar al país. Una jugada que algunos interpretan como gesto diplomático, otros como moneda de cambio. ¿A cambio de qué? Aún no hay respuesta clara.

Esta medida no está exenta de dilemas: ¿cómo afecta a la industria ensambladora local? ¿Se aplicará el mismo beneficio a otros socios como China o la Unión Europea, con quienes existen compromisos de desgravación arancelaria? Abrirle la puerta a uno, sin invitar a los demás, podría desatar fricciones comerciales innecesarias.

Más aún, si se debilita un sector estratégico como el automotriz, ¿cómo se va a compensar? ¿Con incentivos, con reducción de impuestos, con estímulos fiscales? Las preguntas se acumulan más rápido que las respuestas.


El poder de la diplomacia comercial

Ecuador no tiene poder de negociación en términos de volumen, pero sí puede ganar terreno desde la estrategia. Voces del sector coinciden en que es momento de mezclar lo económico con lo político, lo comercial con lo diplomático. La capacidad de sentarse a negociar con inteligencia y autonomía será clave para no quedar fuera del juego.

El Tratado de Libre Comercio con EE. UU., en este contexto, parece una carta difícil de jugar. Las condiciones actuales no invitan al optimismo. Pero sí hay espacio para integrarse a acuerdos más amplios, como los que se están explorando con Centroamérica o Asia. Lo importante es que Ecuador no se quede como espectador.


¿Y ahora qué?

La lección es clara: los países pequeños no pueden darse el lujo de improvisar. No se trata de esperar a que las cosas se calmen, sino de actuar mientras otros titubean. Defender lo que tenemos y buscar lo que nos falta. Apostar por más socios, más destinos, más acuerdos.

Porque si algo nos enseña esta guerra arancelaria es que la estabilidad no está garantizada. Lo que hoy es mercado seguro, mañana puede volverse territorio hostil. Y ahí, entre gigantes que lanzan tarifas como misiles, Ecuador necesita más que nunca moverse con cabeza fría, pasos firmes y mirada amplia.


Por: Equipo de redacción de Unidad de Simulación y Análisis Económico y Empresarial-USAEE

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Blog Económico del Grupo de Investigación Económica de la Unemi

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