Más Allá de Pigou: Externalidades y la Sociedad Civil en el Marco de la Oferta y Demanda
- clubeconomicounemi
- 13 jul 2024
- 4 Min. de lectura

Las externalidades han sido una preocupación central en la economía desde que Arthur Pigou propuso su famoso impuesto como solución. Sin embargo, Casey B. Mulligan, profesor de economía en la Universidad de Chicago, ofrece una perspectiva fresca y analítica en su artículo "Beyond Pigou: externalities and civil society in the supply–demand framework". Publicado en 2023 en la revista Public Choice, este trabajo explora cómo la cooperación voluntaria puede superar las soluciones tradicionales basadas en impuestos para gestionar externalidades.
Mulligan comienza su artículo discutiendo la presencia omnipresente de externalidades en diversas industrias, desde la agricultura hasta el transporte. Las externalidades representan costos o beneficios para terceros que no están reflejados en el precio de mercado de una actividad económica. Tradicionalmente, se ha pensado que las soluciones deben provenir del gobierno, a través de impuestos y subsidios para corregir estas fallas de mercado. Sin embargo, Mulligan desafía esta noción y sugiere que las instituciones cooperativas pueden, en muchos casos, ofrecer soluciones más eficientes y menos costosas.
El marco analítico que presenta Mulligan se basa en la teoría clásica de la oferta y la demanda, pero lo lleva un paso más allá al incorporar la negociación Coasiana y los costos de cooperación. La negociación Coasiana, desarrollada por Ronald Coase, argumenta que, en presencia de externalidades, las partes afectadas pueden llegar a acuerdos mutuamente beneficiosos que internalicen estos costos, siempre que los costos de transacción sean bajos. Mulligan amplía esta idea al mostrar cómo la cooperación voluntaria puede surgir como una solución de equilibrio en el marco de oferta y demanda.
Uno de los ejemplos más ilustrativos que utiliza Mulligan es el de la gestión forestal en comunidades suizas. Citando el trabajo de Elinor Ostrom, describe cómo estas comunidades han sostenido sus bosques durante siglos a través de acuerdos comunales que limitan la temporada de cosecha y regulan qué árboles pueden ser talados. Estos acuerdos son ejemplos de cómo las instituciones voluntarias pueden gestionar recursos comunes de manera efectiva sin necesidad de impuestos gubernamentales. El coste de reunir a la comunidad, marcar los árboles y monitorear el cumplimiento son los llamados costos de cooperación. Estos costos, aunque significativos, son menores que los beneficios de mantener un recurso común sostenible.
Otro ejemplo interesante es el uso de descuentos por volumen en mercados monopólicos. Mulligan explica que las empresas monopólicas, a menudo vistas negativamente por su capacidad de fijar precios altos, pueden utilizar descuentos por volumen como una forma de cooperación implícita con sus clientes. Estos descuentos no solo reducen el precio promedio pagado por los consumidores, sino que también presentan un precio marginal más bajo, incentivando mayores compras y beneficiando tanto al consumidor como al productor. Este mecanismo puede ser visto como una forma de internalizar externalidades positivas, donde el aumento en el consumo beneficia a ambas partes.
La discriminación de precios por parte de OPEC es otro caso que Mulligan examina. OPEC, una organización de países exportadores de petróleo, intenta controlar la producción para mantener precios altos en el mercado mundial. Sin embargo, dentro de Arabia Saudita, el mayor productor de OPEC, los precios del petróleo son significativamente más bajos para los consumidores locales. Esto se debe a que el gobierno saudí puede monitorear y prevenir la reventa del petróleo subsidiado, garantizando que los beneficios de los bajos precios se queden dentro del país. Este ejemplo muestra cómo la discriminación de precios puede ser utilizada para gestionar externalidades y distribuir beneficios de manera más equitativa.
A pesar de sus hallazgos, Mulligan reconoce que su análisis tiene limitaciones. Una de las principales es que no aborda completamente los costos de implementación y monitoreo de las cooperaciones voluntarias. Estos costos pueden ser significativos y, en algunos casos, pueden superar los beneficios esperados de la cooperación. Además, el marco analítico presentado necesita ser validado empíricamente. Si bien los ejemplos proporcionan una base sólida, es necesario realizar más investigaciones para confirmar que estas cooperaciones voluntarias pueden ser efectivas en una variedad de contextos y sectores económicos.
Mirando hacia el futuro, Mulligan sugiere que las investigaciones deben centrarse en cómo incentivar y regular de manera efectiva las cooperaciones voluntarias. Esto incluye explorar mecanismos que puedan reducir los costos de cooperación y encontrar formas de medir y evaluar el impacto de estas iniciativas. Además, es crucial entender cómo las políticas gubernamentales pueden apoyar o inhibir estas formas de cooperación. Por ejemplo, en el caso de la gestión forestal, ¿Cómo pueden los gobiernos locales facilitar el establecimiento de acuerdos comunales sin intervenir directamente en su funcionamiento?
En términos de políticas públicas, este artículo ofrece una perspectiva refrescante que podría enriquecer el debate. Al reconocer la capacidad de la sociedad civil para gestionar externalidades, se abre la puerta a una gama más amplia de soluciones políticas. En lugar de depender únicamente de impuestos y subsidios gubernamentales, los responsables de formular políticas podrían considerar formas de apoyar y fomentar la cooperación voluntaria. Esto no solo podría resultar en soluciones más eficientes, sino también en una mayor participación y compromiso de la comunidad en la gestión de los recursos comunes.
El artículo de Casey B. Mulligan es un llamado a reconsiderar las soluciones tradicionales para la gestión de externalidades. Al mostrar cómo la cooperación voluntaria puede ser una alternativa viable y efectiva, desafía la noción de que las soluciones deben provenir exclusivamente del Estado. Aunque quedan preguntas por responder y desafíos por superar, este trabajo abre un camino prometedor.

Por: José Díaz Montenegro
Director
Carrera de Economía Presencial
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