top of page

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

En economía, es usual empezar los cursos introductorios con un modelo simple denominado flujo circular:


ree

Tomado de Economipedia (2018)

Este modelo nos ayuda a entender que todos los agentes se relacionan entre sí. Note que, para que las empresas puedan pagar los salarios en el mercado de factores, primero debieron haber recibido ese dinero de sus ventas en el mercado de productos, pero para que las familias puedan acceder a estos productos, primero debieron haber recibido ingresos en forma de salarios. Y entonces, de forma similar al dilema planteado por Aristóteles, ¿qué fue primero, las ventas o los salarios?


Una forma de resolver la cuestión es asumiendo alguna forma de crédito. Por facilidad, incorporemos un sector financiero que entrega crédito a las empresas sin necesidad de otra garantía que la promesa de producción futura. El lector probablemente señale que el sector financiero debió sacar ese dinero de alguna parte, y ese lugar es de los ahorros de las familias, que a su vez debieron generar algún ingreso primero para poder ahorrar. Con ello, no hemos resuelto el dilema, sólo le hemos añadido un eslabón más a la misma cadena circular. Ahora nos podríamos preguntar, ¿qué fue primero, el ahorro o el crédito?


Esta cuestión no es menor. Si se asume que el ahorro precede al crédito, caemos en el dilema económico propuesto por Moulton en 1935 (y que recojo de un texto reciente escrito por Michael D. Greaney): para generar ese ahorro, las familias debieron disminuir su consumo, pero si disminuyen su consumo, no hay ninguna razón para invertir en nueva producción.


En otras palabras, si las personas disminuyen su consumo para ahorrar, tendrán el suficiente dinero para financiar la nueva formación de capital pero no habrá ninguna razón para hacerlo; pero si consumen de tal forma que no existe ahorro, habrá demanda para nuevo capital pero no dinero para financiarlo. (Michael D Greaney, A Breakthrough for Democracy, 2023, traducción propia)


En realidad, este dilema no existe porque los bancos crean créditos con cargo a la producción futura, no a los ahorros pasados, y para hacerlo recurren al dinero fiduciario y la creación secundaria de dinero. El crédito es primero, los ahorros después.


Otro dilema similar lo encontramos cuando hablamos del presupuesto gubernamental. En principio, parecería obvio que el sector público debe primero recibir ingresos y luego ejecutar sus gastos. Si el dinero no ingresa, no podría pagar ni a proveedores ni a servidores públicos ni cualquier otra obligación. Pero el gobierno no procede de esa manera: las instituciones públicas ya cuentan con un presupuesto aprobado y pueden asumir obligaciones desde los primeros meses de cada año, antes de contar con los principales ingresos tributarios. En la política fiscal, los gastos preceden a los ingresos, como lo explica Warren B. Mosler:


El gasto del gobierno central no está en ningún caso limitado operativamente por los ingresos, lo que significa que no existe un ‘riesgo de solvencia’. En otras palabras, el gobierno central siempre puede hacer frente a todos los pagos en su propia moneda, sin importar cuán grande sea el déficit o lo escasa que sea la recaudación a través de impuestos. (Warren B. Mosler, Los siete fraudes inocentes capitales de la política económica, p. 25, énfasis añadido)


O, en otros términos, Ben Bernanke:


Una vez que se le preguntó si la Reserva Federal se encontraba gastando dinero de los contribuyentes, Bernanke dijo: “No es dinero que provenga de los impuestos. Los bancos tienen cuentas en la Reserva Federal, de la misma forma que usted tienen una cuenta en un banco comercial. Así que, para prestar a un banco, simplemente utilizamos la computadora para marcar el tamaño de la cuenta que ellos tienen con la Reserva Federal. Es mucho más parecido a imprimir dinero que a prestar”. (CBS, Ben Bernanke’s Greatest Challenge, 2009, traducción propia)


Otra cuestión distinta es que el gobierno deba afrontar compromisos en el exterior (como deuda externa o importaciones de bienes y servicios o fuga de capitales), decida unilateralmente negarse instrumentos de política monetaria o que el destino del gasto sea determinante para la inflación.


Debo agradecer este artículo a una conversación mantenida en X con Fernando Chacón.





ree

Autor:

Econ. Diego Ramos Flor

Docente ESPE


 
 
 

Comentarios


Blog Económico del Grupo de Investigación Económica de la Unemi

  • Facebook Black Round
bottom of page