Un Ecuador del verdadero encuentro

Hemos pasado el primer paro dentro del gobierno de Guillermo Lasso, 18 días

de movilizaciones por parte de las organizaciones indígenas han dejado visible la precaria situación del Ecuador: 10 pedidos que los movimientos indígenas exigieron al gobierno, una asamblea dividida que, en lugar de buscar soluciones proponiendo alternativas viables en medio del caos, ponen sus cargos a “disposición del pueblo” con la finalidad de adelantar elecciones, el vandalismo que destruye no solo la propiedad pública sino también la privada, la paralización de la cadena productiva, la especulación de precios, los millones de dólares en perdida, la desconfianza ciudadana debido a la falta de empleo, la mediación de terceros para llegar a consensos, son muestra clara del descontento social y la falta de acciones efectivas del régimen actual.

El gobierno se ha centrado mucho en saldar deudas, buscar inversiones y establecer convenios internacionales, que no está mal, pero en medio de esa búsqueda ha olvidado establecer y mejorar políticas sociales en beneficio de los más pobres.

El encuentro surge a partir de ver las necesidades de las poblaciones más olvidadas, entre ellos: los campesinos e indígenas, sin embargo, en medio de un Ecuador tan fraccionado por ideologías políticas donde cada quien rema hacia su lado y donde una política es más necesaria que otra, se le ha hecho difícil al Estado tomar las decisiones más convenientes.

Uno podría preguntarse ¿Cuál es el horizonte que debe seguir el Gobierno ahora? ¿Qué políticas debe establecer para satisfacer al menos a la mayor parte de la población? ¿Cómo llegar a un acuerdo durante las futuras conversaciones con la Conaie? La realidad es que plantearse estas preguntas es la parte más fácil, pero llegar a una solución concreta es la difícil. Ha pasado un año, es verdad, pero debemos tener en claro que gobernar no es fácil y menos cuando el país no está en condiciones económicas óptimas. No podemos pretender que el Gobierno solucione todos los problemas mágicamente; problemas que incluso se han venido arrastrando de periodos anteriores.

El presidente Lasso debe buscar un nuevo horizonte de gobernabilidad para sus últimos años como mandatario, necesitamos más que nunca un Ecuador del verdadero encuentro donde se dejen de lado los intereses personales y se busque los de la sociedad en su conjunto, solo así conseguiremos el crecimiento económico que tanto anhelamos.

Autora:

Julissa Magallanes Baque

7mo de Economía Presencial